Las Navidades están al caer, y con ellas, todas esas cenas esperadísimas a la par que soporíferas con tu tío José Ramón, que este año está dispuesto a volverte a preguntar por décimo año consecutivo si ya te has echado novia. O tu prima Araceli, que desde que tiene hijos no sabe hablar de otra cosa y solo se dedica a meter puyitas con su “yo a tu edad ya tenía dos niños”.
Hasta ahora, tú te resignabas a coger aire y contar hasta diez. La gamba se te quedaba atrapada en la tráquea cuando te decían que por qué no te afeitas y un silencio incómodo inundaba el comedor por unos segundos. Hasta ahora. Desde este año, nuestra Xmas Coach ha venido a nuestro canal de Instagram para que podamos contestar a todas esas preguntitas mierder que tanto molestan. Todo, claro está, con un tono tranquilo y educado para que tengamos la fiesta en paz y tu abuela no acabe colgada de la lámpara en mitad de una batalla campal.
Aunque nuestra Xmas Coach está contestando en nuestro Instagram a algunas preguntitas mierder, aquí te dejamos otras respuestas para otras preguntas incómodas:
Cuando te preguntan si ya te has echado novio o novia
En el momento en el que por fin tu madre arrastra a toda la tropa familiar para que por fin abandonéis el sofá y os sentéis todos juntos a cenar, llega tu tío Manolo y te hace ESA preguntita que tanto joroba cada año: “bueno, ¿y ya te has echado novio?”. Tu tía Angelines, abanderada LGTB pero no mucho, intenta calmar el ambiente con un “Bueno, novio o novia, que no pasa nada, ¿eh?”. Tu cara se transforma en un auténtico cuadro y no sabes qué decir. Pues bien, como bien dice nuestra Xmas Coach, responde que tú eres más de poliamor. Así, todo el tiempo que ellos empleen en pensar qué será eso de poliamor, tú podrás estar tranquilo/a cenando.
“¿No te vas a independizar?”
Tu padre, en un alarde de sinceridad en un momento dado de la cena, te pregunta directamente si no piensas ahuecar el ala, abandonar el nido o directamente: irte de casa de una vez. Con tranquilidad, tú coméntales que sí, que ya tienes mirado un lugar en el que puedes vivir con tu presupuesto y que para el año que viene podrás salir. Di que además no necesitarás llevarte ropa porque allí te la darán y que dejarás también el trabajo porque allí te ofrecerán uno nuevo. ¿El sitio? Un convento en un pueblo perdido.
Cuando te hacen un regalo que no te gusta
Llega el momento de darse los regalos y tú ya te hueles los calcetines de andar por casa que que te encasquetan cada año. Pero no, es aún peor. Alguien decidió que este era un buen año para regalarte un juego de SÁBANAS. “¡Y además están bordadas con tus iniciales!”. Gracias, tía, por este regalo tan esperpéntico. ¿Te damos un truco? Para disimular tu cara de asco, llévate las manos a la cara y finge que esa cara es de sorpresa. Cuando salgas del estado de shock ya podrás retomar la normalidad y bajar las manos. Puedes tomarte el tiempo que necesites, pero si ves que se prolonga, di de vez en cuando un “ayayay” o similar para que parezca que te gusta ese regalo de persona adulta sin ser nada de eso tú. Esperamos haberte podido ayudar y que estas Navidades tengas la fiesta lo más en paz posible. Ya sabes, cada vez que recibas una preguntita mierder, ¡chupito de Licor 43!
¡Felices fiestas!