Recuerdo como si fuera ayer la primera vez que hice una tarta tatín, fue en MasterChef, en una de sus clases, cuando descubrí la magia de esta tarta con historia. Desde que probé una buena tarta tatín, siempre ha estado en el podio de mis tartas favoritas en el mundo. Es fácil, súper versátil y te da esa sensación de haber hecho algo muy pro sin tener mucha idea del tema.
Una tarta tatín puede parecer complicada hasta de pronunciar, pero lejos de lo que piensas, es más fácil de hacer de lo que parece. Esta tarta tatín, es apta para torpes. Es tan fácil que se hace al revés y no necesitas artilugios extraños ni ensuciar mil cacharros. Da igual que no seas mucho de repostería o que seas un cocinillas recién iniciado. Te enseño a hacer una tarta tatín de albaricoques con un toque secreto muuuuuy mediterráneo.
¡Aquí los ingredientes!
- 3 cucharadas de azúcar moreno
- 10-15 albaricoques
- 1 chorrito de Licor 43
- 2 cucharadas de mantequilla
- 1 plancha de hojaldre
Para empezar, pon tu lista de reproducción favorita de fondo, deshuesa todos los albaricoques y córtalos en mitades.
Calienta una sartén (importante que sea apta para el horno) y añade 3 cucharadas de azúcar moreno. Cuando huela a gloria bendita y se haya tostado un poco el caramelo, añade dos cucharadas de mantequilla y empieza a salivar viendo cómo hace chup-chup. No le quites ojo, es muy fácil que pase del marrón caramelo al negro #lohequemadotodo en cuestión de segundos.
Una vez que el caramelo está bien sedoso, coloca las mitades de albaricoque de forma que cubran toda la superficie de la sartén con la parte interna hacia arriba. Es importante apelotonarlos bien para conseguir un buen resultado final.
¡Aquí viene el toque secreto! Abre tu botella de Licor 43 y añádele un chorrito generoso. El toque cítrico y dulce del Licor 43 combinará a la perfección con la acidez de los albaricoques. Además, hará que tus pupilas gustativas exploten de felicidad como si acabases de salir de la película Disney Ratatouille.
Cuando el alcohol se haya evaporado -lo sabrás cuando te acerques a la sartén y no huela a alcohol- viene el paso crucial de toda tarta tatín. Apaga el fuego, si sobra demasiado líquido retíralo con cuidado con una cuchara y cubre la parte superior de la mezcla con 1 plancha de hojaldre. El truco para que luego, al darle la vuelta, no chorree, es meter bien los bordes de la masa. Pincha el hojaldre con algo afilado para que salga bien el vapor.
Hasta aquí bien, ¿verdad? Pues no queda mucho más misterio. Pon la sartén en el horno y deja que cueza a 180ºC unos 25 minutos (hasta que veas que la masa está doradita).
En cuanto saques la tarta tatín, deja que se enfríe para que el caramelo solidifique y no se espachurre todo y… ¡Prepárate! Para este paso necesitarás reunir toda la actitud 43 que puedas.
Dale la vuelta a la tarta tatín y te llevarás una grata sorpresa.
No tengas miedo, sobrevivirá y tú tendrás una tarta tatín increíble hecha por ti con la que tus amigos, familiares y hasta tu abuela lo van a flipar. Porque sí, Actitud 43 es hacer fácil lo difícil, que aunque te lata el corazón a 1000 por hora solo de pensar en darle esa vuelta a la tarta, lo hagas y cuando te salga lo celebres como si fuese el gol de desempate de un mundial.
Todos tenemos esa Actitud 43 dentro de nosotros, así que cómetela de un bocado.
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