De toda la vida las galletas de chocolate han sido mi perdición, creo que en otra vida he sido «monstruo de las galletas».
Ahora ya no las tomo de forma tan habitual, pero siguen siendo mi receta estrella cuando recibo amigos en casa y queremos disfrutar celebrando la vida.
Estas galletas de chocolate son lo más fácil del mundo.Se hacen en un pis pas y ni siquiera necesitas horno para prepararlas.
No quiero ponerte los dientes largos sin que hayas visto el vídeo, así que te lo dejo para que lo veas, y te entren muchas más ganas de preparar la receta.
Como verás, es La combinación de ingredientes es simplemente perfecta, por eso tienen un sabor fascinante y siempre que las haces triunfan.
Ingredientes:
- 90 gr cereal inflado (avena, quinoa, arroz…)
- 150 gr mantequilla de frutos secos (cacahuete, almendras, anacardos…)
- 80 gr endulzante (miel, sirope dátiles…)
- 40 gr cacao puro en polvo
- una pizca de sal
Para empezar, pon en un bol el cereal inflado y añade la mantequilla de frutos secos, el endulzante, el cacao y la sal, verás qué sencillo es integrar todo y no tardarás nada de tiempo.
Con una cuchara mezcla con energía hasta conseguir una masa homogénea.
¿Qué más? Poco más, ¡ya casi están hechas!
Coloca un papel sulfurizado sobre una bandeja y con una cuchara haz montoncitos de la masa aplastando ligeramente con la cuchara. El tamaño depende de lo que te guste, a mi me gustan medianas que puedas comerlas en un par de bocados.
Cuando hayas agotado la masa introduce la bandeja un par de horas en el frigorífico o media hora en el congelador para que solidifiquen.
Pasado ese tiempo estarán crujientes y deliciosas.
Mientras enfrían puedes ir preparando una bebida para acompañar el festín. Unos vasitos, mucho hielo y una botella de Orochata hará que te empapes de actitud 43, haciendo fácil lo difícil, disfrutando del momento comiéndote la vida de un bocado.
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¡Y, sí! Yo tengo una actitud 43…. ¿por qué?
Porque vivo la vida disfrutando de las pequeñas cosas, de los instantes de felicidad con la familia y amigos. ¡Celebrando lo que tengo! Y sin lamentarme de lo que aún no ha llegado.
¿Tienes actitud 43?